By Carmen | 10 Sep 2017
Los molletes son los panecillos perfectos para empezar el día con fuerza. Ligeramente tostados, con tomate y jamón son deliciosos y también mis preferidos. Aunque admiten multitud de rellenos.
500 g de harina normal
250 ml agua a temperatura ambiente
50 ml de leche a temperatura ambiente
20 ml de aceite de oliva virgen
10 g de sal
5 g de levadura fresca
By Carmen | 10 Sep 2017
Los molletes son los panecillos perfectos para empezar el día con fuerza. Ligeramente tostados, con tomate y jamón son deliciosos y también mis preferidos. Aunque admiten multitud de rellenos.
1. Si tenemos panificadora o amasadora ponemos los ingredientes en la cubeta, primero los líquidos y luego los solido. Amasamos 15-20 minutos. Sacamos la masa a un bol y la dejamos descasar hasta que doble su volumen tapada con un paño limpio.
2. Una vez ha levado divide la masa en piezas de 100 g y da forma de bola a cada pieza. Deja descansar la masa durante 10 minutos.
3. A continuación da forma redonda o ligeramente alargada a cada bola de masa, aplasta con la mano o con ayuda del rodillo si los quieres un poco alargados. Deja fermentar otros 45 minutos bien enharinados y tapados con un paño.
4. Precalienta el horno a 210º calor arriba y abajo. Introduce los panecillos y baja la temperatura a 190º. Hornea 10 minutos a esta temperatura solo con calor en la parte de abajo. Después hornea otros 2-3 minutos con calor arriba y abajo. Si los quieres un poco mas dorados déjalos un par de minutos más.
1. Estos panes los puedes hacer también a mano, pon todos los ingredientes en un bol y mezcla. Después amasa hasta unos 10 minutos y deja reposar la masa tapada hasta que doble su tamaño.
2. A partir de aquí el procedimiento es el mismo que te explico arriba. Divide la masa en porciones de 100 g y continua los pasos explicados anteriormente.
Consejo: Estos panes son perfectos para congelar, yo suelo hacer el doble de cantidad que aquí te indico, 1 kilo de harina. Puedes hacer la masa un viernes por la noche y dejarla en la nevera fermentando. Esto es lo que se conoce como fermentación lenta y hace que el pan este mucho más rico. Por la mañana sacas la masa y haces los panes. Una vez horneados, los dejas enfriar y congelas.