1. Coloca todos los ingredientes en el robot amasador a excepción de la cucharada de aceite de oliva, la cebolla y las 2 cucharadas de azúcar. Amasa 15 minutos a velocidad media.

2. Mientras el robot amasa, pon a calentar en una sartén la cucharada de aceite de oliva y corta la cebolla en juliana fina. Seguidamente fríe en la sartén a fuego medio la cebolla durante 5 minutos y añade las dos cucharadas de azúcar. Cocina otros 5 minutos hasta que la cebolla se caramelice ligeramente. Retira la cebolla en un plato y deja enfriar.

3. Cuando la cebolla este fría añádela a la masa y continúa amasando otros cinco minutos. Terminado el amasado, cubre el recipiente con una bolsa de plástico y un paño de cocina. Deja la masa reposar hasta que doble su tamaño.

4. Transcurrido el levado, saca la masa a la bancada y forma una pieza alargada. Colócala en un banettone o en un molde alargado y déjala de nuevo reposar hasta que duplique su tamaño.

5. Precalienta el horno a 220ºC. Si utilizas un banettone, vuelca la masa sobre la bandeja del horno. Si has optado por el molde coloca el molde en el centro del horno. Hornea durante 45-50 minutos. El pan estará horneado cuando la corteza tenga un bonito color dorado. Un consejo para tener un pan crujiente: en los 10 últimos minutos, mantén ligeramente abierta la puerta del horno para que se escape el vapor. Así la corteza quedará más crujiente. Puedes introducir el mango de una cuchara de madera entre la puerta y el horno para conseguir que el horno se quede ligeramente abierto.