1. Precalienta el horno a 220º C. Lava los boniatos y asa durante 30-40 minutos dependiendo del tamaño. Una vez cocidos pela con cuidado y chafa el boniato con un tenedor.

2. En un bol pon 120 gramos de boniato, el azúcar y la almendra molida. Mezcla hasta conseguir una pasta. Extiende la masa sobre papel de horno, formando un rectángulo largo, de un palmo de ancho y de un centimetro de grosor. Corta el membrillo (tenéis la receta AQUI),  en bastoncitos y coloca a lo largo de la masa, en el centro. Con ayuda del papel de horno enrolla la pasta de almendra sobre el membrillo hasta formar un rollo largo. Aprieta con ayuda del papel, es como si hicieras un rollito de sushi. Pon la unión de la masa hacia abajo. Por último corta el rollo en trocitos de dos centímetros y pinta con huevo batido.

3. Hornea durante 10 minutos a 220º C. Deja enfriar sobre una rejilla.

CONSEJO: En caliente son delicados y blandos, deja que enfríen para que queden crujientes. Se conservan perfectamente durante al menos un mes.