By Carmen | 09 Sep 2017
Este delicioso pan queda riquísimo cuando lo tuesta, con un toque ligeramente dulce por la manzana. Una opción perfecta para tomar con paté o quesos fuertes.
350 g de harina de fuerza
50 g de avena en copos
200 g de manzana pelada y rallada
100 ml de agua hirviendo
50 ml de agua a 20º C
1 cucharadita de levadura fresca desmenuzada
½ cucharadita de sal
Avena en copos para el acabado
By Carmen | 09 Sep 2017
Este delicioso pan queda riquísimo cuando lo tuesta, con un toque ligeramente dulce por la manzana. Una opción perfecta para tomar con paté o quesos fuertes.
1. Coloca los copos de avena en un bol pequeño y vierte el agua hirviendo. Déjalo reposar 5 minutos mientras preparas el resto de los ingredientes.
2. Mezcla la manzana rallada con el resto del agua (50 ml) y la levadura. Remueve bien para que la levadura se disuelva. Después añade los copos de avena que tenías en remojo.
3. A continuación incorpora la harina con la sal y mezcla hasta obtener una masa ligera y pegajosa.
4. Tápalo y déjalo reposar 10 minutos.
5. Unta con un poco de aceite el banco y amasa 10 segundos, la masa es extremadamente pegajosa, por ello, ayúdate de una rasqueta. Después de este leve amasado, engrasa el cuenco con un poco de aceite y deja la masa descansar 10 minutos tapada.
6. Amasa de nuevo durante otros 10 minutos. La masa sigue siendo bastante blanda, no añadas más harina, a medida que la trabajes se volverá más elástica, si te cansas puedes descansar, a la masa le vendrá bien. Forma una bola.
7. Vuelve a ponerla en el cuenco, tápala y deja que repose en un lugar templado durante 1 hora.
8. Espolvorea un poco de harina sobre la mesa y forma una pieza alargada.
9. Coloca la pieza con la unión hacia arriba en un paño enharinado o en un cesto de fermentación enharinado. Tapa y deja que fermente hasta que doble su tamaño.
10. Precalienta el horno a 210º. Vuelca el pan en una bandeja espolvoreada con harina y decóralo con copos de avena.
11. Introduce un recipiente resistente al horno con agua así conseguiremos generar vapor, esto le proporciona al pan una corteza crujiente. Hornea en el centro del horno durante 30 minutos.
12. Pasados estos 30 minutos baja la temperatura a 190º y hornea durante 30-40 minutos más hasta que el pan alcance un buen dorado, al sostenerlo en la mano parezca ligero y suene a hueco.
13. Sácalo del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla.